DESCIFRANDO LA RELACIÓN ENTRE ADN Y OBESIDAD

DESCIFRANDO LA RELACIÓN ENTRE ADN Y OBESIDAD

La obesidad es uno de los mayores retos de salud pública a nivel mundial. A pesar de los esfuerzos individuales y colectivos para combatirla a través de la dieta, el ejercicio y otros cambios en el estilo de vida, muchas personas descubren que perder peso y mantenerlo es una tarea extremadamente desafiante. Una de las razones por las que esto ocurre puede estar oculta en un lugar que no vemos: el ADN.

En los últimos años, los avances en la genética han permitido a los investigadores comprender mejor cómo los genes influyen en el peso corporal, el metabolismo y las preferencias alimenticias. Este artículo explora cómo la genética juega un papel crucial en la obesidad, cómo puede ayudarnos a desarrollar estrategias personalizadas para controlar el peso y qué implicaciones tiene para el tratamiento y la prevención.

La complejidad de la obesidad: Mucho más que calorías y ejercicio

Durante décadas, el control del peso se ha centrado en el concepto de «calorías que entran frente a calorías que se gastan». Aunque esta idea es cierta en principio, no captura toda la complejidad del peso corporal. La obesidad es una condición multifactorial influenciada por interacciones entre el entorno, el estilo de vida y, por supuesto, la genética.

Los estudios han demostrado que hasta el 70% de la variabilidad en el peso corporal entre individuos puede explicarse por factores genéticos. Esto no significa que la genética sea el único factor determinante, pero sí subraya su importancia como pieza fundamental del rompecabezas.

Genes asociados con la obesidad

Los avances en la tecnología de secuenciación genética han identificado numerosos genes asociados con la obesidad. Algunos de los más estudiados incluyen:

DESCIFRANDO LA RELACIÓN ENTRE ADN Y OBESIDAD

Gen FTO (Fat Mass and Obesity-Associated)

El gen FTO es uno de los más conocidos en relación con la obesidad. Variantes específicas de este gen se han asociado con un mayor índice de masa corporal (IMC) y un mayor riesgo de obesidad. Las personas con ciertas variantes del gen FTO tienden a sentir más hambre, preferir alimentos ricos en calorías y tener una mayor dificultad para controlar la ingesta.

Gen MC4R (Melanocortin 4 Receptor)

El gen MC4R está implicado en la regulación del apetito y el gasto energético. Las mutaciones en este gen se han relacionado con una mayor susceptibilidad a la obesidad, ya que afectan los mecanismos del cerebro que nos indican cuándo estamos llenos.

Genes relacionados con el metabolismo

Otros genes influyen en cómo el cuerpo utiliza y almacena energía. Por ejemplo, variaciones en los genes PPARG y ADRB3 afectan el metabolismo de las grasas y pueden predisponer a una acumulación de grasa más rápida.

Genética y preferencias alimenticias

La genética no solo afecta cómo metabolizamos los alimentos, sino también cómo los percibimos y elegimos. Algunos genes influyen en nuestras preferencias alimenticias y en la manera en que nuestro cerebro responde a ciertos nutrientes:

-Sensibilidad al dulce: Variaciones en genes como TAS1R2 y TAS1R3 afectan nuestra percepción del sabor dulce, lo que podría explicar por qué algunas personas tienen una mayor preferencia por los alimentos azucarados.

-Respuesta a las grasas: Los genes relacionados con los receptores del gusto también afectan cómo percibimos las grasas, influyendo en nuestra elección de alimentos.

-Impulso por comer: Genes como LEPR (receptor de leptina) influyen en la regulación del hambre y la saciedad, contribuyendo a comportamientos como el picoteo.

Factores epigenéticos: La influencia del entorno en los genes

Aunque la genética proporciona una base para comprender la obesidad, los genes no actúan de manera aislada. La epigenética, un campo que estudia cómo los factores ambientales influyen en la expresión de los genes, está jugando un papel cada vez más importante en el estudio de la obesidad.

La epigenética se refiere a modificaciones químicas en el ADN que no alteran la secuencia genética pero sí afectan cómo se expresan los genes. Estas modificaciones pueden ser activadas o desactivadas por factores como la dieta, el estrés, la exposición a toxinas y la actividad física. En el caso de la obesidad, estas influencias epigenéticas pueden determinar si ciertos genes relacionados con el metabolismo y el almacenamiento de grasa están activos o inactivos.

Por ejemplo, una dieta rica en grasas saturadas y azúcares puede provocar cambios epigenéticos que favorecen el almacenamiento de grasa, mientras que una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio pueden revertir estos cambios. Además, el estrés crónico puede activar genes asociados con la inflamación y el aumento de peso, mientras que técnicas de manejo del estrés como la meditación o el yoga pueden tener el efecto opuesto.

Uno de los aspectos más fascinantes de la epigenética es su herencia transgeneracional. Esto significa que los hábitos y el entorno de una persona pueden influir en la expresión genética de sus descendientes. Por ejemplo, estudios en animales han demostrado que una dieta alta en calorías durante el embarazo puede predisponer a las crías a la obesidad debido a modificaciones epigenéticas heredadas.

La epigenética también abre la puerta a nuevas estrategias para combatir la obesidad. Al comprender cómo los factores ambientales influyen en la expresión de los genes, los investigadores están desarrollando terapias epigenéticas que pueden revertir o mitigar los efectos de los cambios epigenéticos perjudiciales.

El papel de la microbiota intestinal en la obesidad

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Un aspecto fascinante y cada vez más estudiado en la relación entre genética y obesidad es el papel de la microbiota intestinal. Este conjunto de microorganismos que habita en el tracto digestivo no solo influye en la digestión de los alimentos, sino también en cómo el cuerpo almacena grasa y regula el metabolismo.

Estudios han demostrado que la composición de la microbiota intestinal puede estar influenciada por factores genéticos, determinando cuán eficiente es nuestro cuerpo al extraer energía de los alimentos. Por ejemplo, algunas personas tienen microbiotas que extraen más calorías de los mismos alimentos en comparación con otras. Además, las interacciones entre los genes y la microbiota pueden afectar la inflamación crónica, un factor relacionado con la obesidad.

La buena noticia es que, a diferencia de los genes, la microbiota puede ser modificada mediante cambios en la dieta, probóticos y prebióticos, lo que abre nuevas posibilidades para controlar el peso de manera personalizada.

Hacia una comprensión más profunda del peso corporal

La genética está cambiando la manera en que entendemos y abordamos la obesidad. Aunque no podemos cambiar nuestros genes, conocerlos nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestra salud. Al combinar el análisis genético con un enfoque integral que incluya dieta, ejercicio y apoyo emocional, es posible superar las barreras genéticas y alcanzar un peso saludable.

En Lorgen, ofrecemos pruebas genéticas que te ayudan a comprender cómo tu ADN influye en tu peso corporal y te proporcionamos las herramientas para un enfoque personalizado hacia el bienestar. Descubre cómo la genética puede ser tu aliada en el camino hacia una vida más saludable.

 

Laboratorio Lorgen Genética y Proteómica.