Los patógenos estudiados en este perfil básico de enfermedades de transmisión sexual son: Virus de Hepatitis B y C, Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) 1 y 2, responsable del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), así como la bacteria causante de la sífilis (Treponema pallidum).
La determinación se hará empleando suero del paciente (previa extracción de sangre y centrifugación de esta para obtener el suero) y sobre él se hará la extracción de ADN o ARN, dependiendo del material genético del patógeno en cuestión, para su posterior amplificación y detección específica por PCR.
VHC. Es el virus causante de la hepatitis C. Es un virus de tipo ARN que pertenece género Hepacivirae que provoca la inflamación y deterioro del tejido hepático. La hepatitis C puede ser aguda o crónica. La primera es de corta duración y los síntomas acaban desapareciendo, incluso puede curarse totalmente. Por su parte, la hepatitis C crónica es el resultado de la aguda cuando no es posible eliminar el virus, por lo que permanece en el hígado y, de no tratarse a tiempo, causa daños graves como cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer.
VHB. Virus causante de la hepatitis B, perteneciente a la familia Hepadnaviridae. Provoca inflamación y necrosis hepática y, al igual que en el caso de la C, la hepatitis B puede ser aguda o crónica. Si se cronifica la enfermedad puede causar cirrosis, insuficiencia hepática, cáncer e incluso puede resultar mortal.
VIH 1/2 (PCR). De igual modo se procede para los virus causantes del SIDA (VIH 1 y 2), detectando la presencia del mismo mediante PCR. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un virus ARN (se han identificado dos tipos: VIH 1 y VIH 2) que afecta al sistema inmunitario provocando, si no se trata, produce el llamado Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) que predispone a infecciones oportunista que pueden resultar graves e incluso fatales.
SÍFILIS (T. pallidum) (PCR). La sífilis es la ETS causada por la bacteria Treponema pallidum, un tipo de espiroqueta. Puede contraerse por contacto con las úlceras que genera la enfermedad, bien por conductas sexuales de riesgo o por transmisión vertical entre madre e hijo, produciendo la sífilis congénita. Como en los casos anteriores, la PCR del suero del paciente permite la detección específica y precisa de la enfermedad incluso en la fase de incubación, antes de aparecer sintomatología. Los síntomas más habituales son heridas ulcerosas en piel y mucosas genitales, que después se dispersa a ganglios linfáticos y si no es tratado puede llegar a infectar cualquier órgano o tejido.
RESULTADOS EN 24-48 HORAS